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Administrar gracia

La semana pasada tuve varias oportunidades de mostrar gracia. No lo hice de manera perfecta, pero me sentí bien con la forma en que manejé una situación en particular. En vez de enojarme, dije: «Entiendo cómo pudo haber pasado. Sin duda, algunos de los errores también son culpa mía», y no agregué nada más.

¿Qué hay que hacer?

La tecnología actual permite que algunas personas trabajen 24 días y descansen 7 por mes. Podemos llevar trabajo a casa o adonde vayamos de vacaciones. El trabajo nos acompaña siempre, excepto cuando se corta la luz.

Nada me faltará

Antes de cumplir una semana de vida, los aguiluchos se peleaban por la comida. Ninguno era lo suficientemente fuerte como para mantener la cabeza erguida más de unos segundos, así que, los dos parecían pompones peludos con cabezas pegadas semejantes a borlas. Aun así, cada vez que los padres llevaban comida al nido, el más grande se apresuraba para darle un picotazo a su hermano e impedir que tomara un bocado. Su agresión habría sido comprensible si la comida hubiese sido escasa o si los padres no hubieran sido capaces de proveer lo que necesitaban. Pero nada podría haber estado más lejos de la verdad, ya que estaban siendo alimentados con peces de tamaño mucho mayor que el de ellos, y tenían más que suficiente para los dos.

La ascensión

Cuando el esposo de mi vieja amiga y colega en la labor editorial sufrió un colapso y, posteriormente, murió, no existieron dudas de que había quedado sin vida. Hubo testigos. Lo mismo sucedió cuando murió Jesús. Sin embargo, en ese caso, tres días después, ¡Él resucitó de entre los muertos! No tenemos dudas de que es cierto porque hubo testigos que luego lo vieron vivo.

Anhelo de primavera

Ha sido un invierno largo y frío, y estoy ansioso de que llegue el calor. Estoy cansado de ver árboles pelados, y hojas marrones y marchitas cubriendo el suelo. Ansío vislumbrar flores silvestres que asomen entre las hojas secas y observar a los bosques reverdecer de nuevo.

Obreros invisibles

Mientras me arreglaba las uñas, comencé a sentir lástima de mi mano derecha. Esta hace la mayor parte del trabajo, pero la izquierda es la que más atención recibe. Con delicadeza, mi derecha aplica esmalte a las uñas de la izquierda, pero esta, al carecer de habilidad y coordinación, no le devuelve el favor. El esmalte de la derecha está siempre corrido y hecho un desastre. Una mano hace el mejor trabajo, pero la otra recibe todo el cuidado y la consideración.

Una nueva normalidad

Después que el médico me comunicó que tenía cáncer, traté de escuchar lo que decía, pero no pude. Me fui a casa, me tapé la cabeza con una manta y me quedé dormida sobre el sofá, como si el sueño pudiera cambiar el diagnóstico.

Fragancia personal

Uno no puede verlo, oírlo ni tocarlo, pero el aroma es algo poderoso. El olor de cosas como los crayones, las petunias y los perfumes evocan recuerdos que me transportan al pasado y me traen a la mente personas y lugares que, de otro modo, no recordaría.

Dios está aquí

Leslie y sus dos hijas estaban a punto de ser desalojadas de su casa. Aunque ella creía que Dios podía ayudarlas, hasta ese momento, el Señor no había dado ninguna señal de cómo lo haría. Leslie se preguntaba: ¿Dónde está Dios? Mientras se dirigía hacia los tribunales, le pidió al Señor que interviniera. Entonces, escuchó una canción en la radio, que decía: «¡Dios está aquí! Regocíjense los quebrantados de corazón». ¿Sería esta la confirmación de parte de Él que ella anhelaba escuchar?

Fuerza en debilidad

Nadie quiere ser débil; entonces, buscamos cómo parecer fuertes. Algunos usamos el poder de nuestras emociones para manipular a las personas; otros, la fuerza de la personalidad para controlarlas; e incluso algunos también usan el intelecto para intimidar. Aunque estas cosas parecen muestras de fortaleza, son signos de debilidad.